lunes, 13 de diciembre de 2010

“Si esto es un sueño, por favor no me despierten”

ESCOGIDO
Luego de tocar las puertas de varios equipos y recibir el no por respuesta, José Cabrera consiguió en el Escogido la oportunidad que buscaba.
Su trabajo ha terminado abriéndolas de par en par.
“Si esto es un sueño por favor no me despierten”, le dijo el veterano relevista a su esposa Yanny y a sus hijos José Cabrera Jr., de once años, y Argelina, de 15, el día tres de este mes luego de registrar una memorable labor contra su antiguo equipo de las Águilas.

“Todo el mundo sabe que José Cabrera ha sido una tabla de salvación para nosotros”
Moisés Alou, Vice de Operaciones del Escogido
Cabrera entró en el octavo episodio con los Leones en ventaja 5-4 sobre las Águilas.
Habían corredores en tercera y primera y un out. De inmediato ponchó a Luis Polonia y luego a Méndy López para sofocar el fuego.
En el noveno retiró en fila india a los tres hombres que enfrentó y obtuvo su primer partido ganado en mucho tiempo aquí. “Esto es como un sueño”, enfatiza Cabrera, quien lidera el circuito en juegos salvados con nueve.
En 18 entradas ha permitido cinco carreras y 14 hits para un promedio de efectividad 2.50, con 23 ponches y cinco transferencias, números impresionantes para cualquier lanzador, pero sobre todo para uno que estuvo tres años exiliado del béisbol dominicano.
Esto a pesar de que en los cuatro años que jugó en la Liga de Corea (del 2006 al 2009), donde perfeccionó la recta cortada, acumuló 56 salvamentos en 60 oportunidades.
Pero nada de eso despertó el interés de ningún directivo. “Yo nada más le pedía que me vieran”, subraya el otrora apagafuegos del conjunto cibaeño. “Seguí llamando, seguí insistiendo, llamé primero a las Águilas, a los Azucareros, llamé a las Estrellas y me dijeron que no, que querían jugar con muchachos jóvenes”, apunta Cabrera, quien según el libro cumplirá 38 años el 24 de marzo.
Como este año permaneció todo el verano en el país, este obrero del béisbol no le quedó más remedio que jugar los domingos “en una liguita campesina que hay en Montecristi”.
El panorama comienza a aclarársele cuando Denio González, manager del equipo dominicano que obtuvo oro en los Juegos de Mayaguez y en el Premundial de Béisbol, que también tuvo lugar en Puerto Rico, le llamó para que formara parte del mismo.
Allí lanza de manera impresionante como preparador de mesa y Denio decide recomendárselo a Moisés Alou, vicepresidente de Operaciones de Béisbol de los Leones.
“Me dijo que quería hablar personalmente conmigo, fue a mi casa antes de la temporada y me dijo que confiara en él, que no me iba a defraudar”.
rememora Moisés.
“Fuimos compañeros en Houston, lo conozco bien, sé que es un pitcher con mucho corazón y por eso no vacilé en darle la oportunidad”, declara Alou, quien ya lo ha recomendado a varios equipos de las Mayores.
Tony Peña, quien lo dirigió en el 2000 en New Orleans, no percibe diez años después diferencia alguna en Cabrera.
“Me alegro mucho de que todavía pueda enseñar que puede lanzar. Lo lamentable es que no está con nosotros”, declara el dirigente de las Águilas.

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