sábado, 19 de febrero de 2011

Buena representación Latina


Manu Ginóbili y Al Horford
ESPN El Partido de Estrellas de la NBA, que se celebrará este próximo domingo, 20 de febrero, contará con la participación de dos jugadores latinoamericanos, quienes a fuerza de talento, trabajo y humildad han logrado ganarse este reconocimiento. El escolta argentino, Emanuel David Ginóbili Maccari y el pívot dominicano Alfred Joel Horford Reynoso, fueron seleccionados por los entrenadores de las conferencias Oeste y Este respectivamente para formar parte de las escuadras de 12 jugadores que se estarán enfrentando en el Staples Center de Los Ángeles.
Ambos jugadores estarán participando por segunda ocasión en estos clásicos; aunque en el caso de Manu Ginóbili, un veterano que juega su novena campaña en la liga y que ha obtenido tres campeonatos, debió haber participado al menos en tres ocasiones más.
Sabido es que la elección de los 10 iniciadores por parte de los aficionados se convierte más en un concurso de popularidad que en una verdadera apreciación de quienes son los mejores jugadores del momento. Por eso es que muchos jugadores y seguidores del juego les dan más importancia a las elecciones por parte de los técnicos de los 14 sustitutos, porque se entiende que estas escogencias son hechas por los verdaderos conocedores del deporte. Sin embargo, hasta los entrenadores se dejan influenciar por factores ajenos a la actuación sobre la cancha y hacen sus determinaciones finales basándose en otras consideraciones que no deberían ser importantes.
Manu es un claro ejemplo de un jugador que, por estar dispuesto a hacer lo que su técnico le pida, sin chistar, por el bien del equipo, se convierte en víctima de injusticias a la hora de ser evaluado para participar en estos partidos. En la temporada 2004-2005, su tercera en la liga y única en la que titularizó todos los partidos en los que participó, Ginóbili tuvo su primera y única (hasta este año) participación en estos clásicos.
Si bien es cierto que sus estadísticas y su protagonismo para hacer de su equipo de San Antonio uno campeón le hicieron merecedor de tal distinción, no es menos cierto que en al menos tres temporadas subsiguientes (2006-2007, 2007-2008 y 2009-2010) sus números e importancia en los logros de los Spurs fueron bastante similares y en algunos casos superiores, pero no les sirvieron para ser elegido a ningún Partido de Estrellas. ¿La razón? En todos esos años salía de la banca (como un sexto hombre de lujo), por una estrategia bastante singular de su técnico Gregg Popovich y los "coaches" votantes aparentemente hacían mucho caso a los debates previos a las elecciones, en los que más de uno argumentaba que un jugador que ni siquiera titularizaba en su propio equipo, no debería ser considerado para el Partido de Estrellas.
Esta temporada, en la que regresa a la titularidad y en la que incluso se le considera como candidato a MVP, por haber sido por mucho tiempo el mejor jugador del equipo con mejor registro de toda la NBA, es elegido por segunda ocasión en su brillante carrera, aunque con números muy similares a los logrados en las temporadas antes reseñadas.
Por su parte, Al Horford recibe, en apenas su cuarta temporada en la liga, su segunda invitación consecutiva al Partido de Estrellas. Además de estas dos participaciones en el juego grande, Al también vio acción en los partidos de novatos vs. jugadores de segundo año en el 2008 y 2009 (Ginóbili participó por los jugadores de segundo año en el 2004), por lo que el dominicano ha sido partícipe directo de esta fiesta de la NBA en cada uno de sus años en la liga.
Nada mal para un jugador que se ha desempeñado fuera de su posición natural (ala-pívot) durante toda su carrera profesional, debido a que llegó a llenar un vacante que tenían los Atlanta Hawks en la posición de centro. En la misma, Horford concede a sus rivales, la mayor parte del tiempo, ventaja en estatura y peso; pero temporada tras temporada se las arregla para destacarse en cinco renglones muy importantes para esa posición: puntos, rebotes, tapas, asistencias y porcentaje de campo.
Además, su liderato es incuestionable. Para un jugador tan joven debe ser una sensación indescriptible el ver como compañeros más veteranos lo reconocen como el jugador a seguir y como le han concedido la posición de portavoz oficial del equipo.
Lo increíble es que Horford todavía no llega a estar ni cerca de su techo y son muchos los que se preguntan (incluyendo a su técnico Larry Drew) cuánto se puede llegar a disparar su producción en el futuro si es que llega a moverse a la posición de "4" permanentemente.
Por ahora, tanto él como Ginóbili producen lo suficiente como para que los peritos les crean merecedores de participar junto a otras luminarias durante el fin de semana más festivo de la NBA, con todos los derechos y privilegios que ser un "All Star" le merecen y, con tales distinciones, toda América Latina se yergue orgullosa, gracias a dos de sus más dignos representantes.

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