lunes, 14 de febrero de 2011

TJ BUSCA VOLVER A LAS MAYORES

LISTIN DIARIO
Recuerdo que fui a la casa de Tony Peña, cuando los Medias Rojas primero lo firmaron en el invierno antes de la temporada de 1990 y conocí a su familia. Su hijo, Tony Peña Jr. parecía a un jugador, incluso cuando tenía nueve años jugando a las capturas en el patio trasero de su casa en Santiago, República Dominicana.

Peña Jr. llegó a las Grandes Ligas como shortstop de los Bravos de Atlanta y los Reales de Kansas City. Bateó para .267 una temporada con los Reales, pero su ofensiva se fue después de una lesión en el hueso ganchoso (muñeca).
Ahora, a los 29 años, en el campamento de los Medias Rojas está tratando de hacerlo como un lanzador de relevo invitado fuera del roster.
“Es curioso cómo las cosas han resultado,” dijo. “Cuando era joven, muchos equipos me miraban como lanzador y cuando tenía 16 años podia lanzar a 89 millas por hora que era bastante bueno para un chico de mi edad, pero me encantaba jugar campo corto y llegué a las Grandes Ligas como un parador en corto, por lo que fue la elección en ese momento. Pensaba que era un buen campocorto defensivo, pero después me hice daño en los huesos ganchosos (muñeca) y no era capaz de batear de la manera en que me quería. Me dijeron que tratara de lanzar y hasta ahora ha sido una buena experiencia. Creo que el hecho de que acostumbrara a lanzar ha ayudado a mi transición“.
Peña Jr. podría realmente tomar el campocorto y si él tuviera la elección todavía sería un torpedero. Piensa que su bateo hubiera mejorado, por lo menos lo suficiente como para seguir siendo un torpedero en las Grandes Ligas, pero eso está fuera de lugar ahora.
“El tiempo que pasé con los Reales lanzando y la temporada pasada en la organización de los Gigantes me dijo que puedo sacar outs”, dijo.
Terminó lanzando 76.1 entradas entre AA y AAA en las menores con San Francisco e incluso jugó algunos partidos en el campocorto y tercera. Pero él sabe que esos días han terminado.
“Soy un lanzador y en eso es que estoy concentrado ahora”, dijo Peña Jr. “Sólo voy a tratar de mejorar y mejorar y ver adónde va. Obviamente me encantaría estar de vuelta en las Grandes Ligas“.
Peña tuvo marca de 2-0 con una efectividad de 2.78 en 22 juegos para las Águilas Cibaeñas en la Liga Dominicana de Invierno. Ha lanzado varias entradas y en juegos consecutivos. Su manager fue su padre, Tony Peña, el coach de banca de los Yanquis de Nueva York, quien le ha enseñado algunas cosas para hacer la transición a lanzador más fácil.
“Papá siempre ha sabido mucho acerca de pitcheo por haber sido un receptor”, dijo Peña Jr. “Tenerlo a mi alrededor ha ayudado realmente. Mi hermano menor (Francisco) es también un receptor con la organización de los Mets por lo que ha sido capaz de ver las cosas que estoy haciendo mal y corregirlas”.

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