miércoles, 23 de marzo de 2011

José Bautista persevera y triunfa en grandes ligas.

MLB-----


DUNEDIN, Florida - Es un domingo típico en los entrenamientos de los Azulejos. Reciben a los Mellizos, y al principio del séptimo inning, José Bautista sale del partido. Pero el trabajo del dominicano no termina después de tres turnos-aun en la pretemporada.
Mientras Bautista camina hacia el clubhouse, le saludan cientos de fanáticos que le piden autógrafos. El toletero toma el tiempo para complacer a todos, a pesar de que la gran mayoría de sus admiradores ni sabían de su existencia hace un año.
Finalmente, media hora después, es tiempo de volver a trabajar. Bautista entra al gimnasio de los Azulejos y sale 90 minutos después, bien sudado. Mientras se cambia al lado de su casillero, tres reporteros esperan para entrevista la nueva cara de la franquicia de Toronto, el que dio 54 jonrones en el 2010 y firmó un contrato de cinco años y US$65 millones.
Bautista contestó cada pregunta como si tuviera todo el tiempo del mundo.
DE REPENTE, UNA ESTRELLA
El primer tema, por supuesto, fue cómo emergió como estelar la temporada pasada. Es algo inevitable cuando se trata de un pelotero que estuvo en cinco equipos diferentes como novato en el 2004-un récord-y relativamente desconocido hasta la campaña en que tenía 29 años de edad.
De alguna forma, en su séptima temporada Bautista pasó de un rol menor a cuarto en las votaciones para Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
¿Lo veías venir?
"Nunca lo dudé", dijo Bautista. "Posiblemente suene arrogante, pero cuando sabes que puedes hacer algo y que puedes hacerlo bien, siempre luchas para que te salga. Nunca me di por vencido y seguí trabajando duro, aunque tuve muchos altibajos en mi carrera."
En realidad no fueron "altibajos", sino muchos puntos bajos. Enseñó algo de promesa con un tiempo de juego limitado en el 2006, pero los Piratas pensaron que retrocedió en el 2007, cuando bateó .254 con 15 jonrones en 142 partidos. Pittsburgh esencialmente dejó de creer en él en el 2008.
Los Azulejos lo adquirieron por un jugador a ser determinado después, que al final se trató del cátcher dominicano Robinzon Díaz, en agosto de ese año. Ahora está en la portada de la guía de prensa de Toronto, bateando tercero en el lineup y es un líder en el clubhouse.
¿Estás listo para esa clase de responsabilidades?
"Si es que hay algo ahí", dijo, "es que me siento más relajado porque no tengo preocupaciones sino llegar al estadio y darlo duro a la bola y jugar buena defensa todos los días. No tengo que preguntarme si estaré en el lineup, ni cómo me verá la organización; si voy a ganar suficiente dinero en mi carrera como para mantener a mi familia y a mis hijos, mis nietos. Todo eso está resuelto.
UN ASCENSO NO MUY CELEBRADA
La historia de Bautista y su ascenso al estrellato es algo de ensueño. Es un ejemplo de un nombre que creyó, que nunca se rindió y que superó sus propias expectativas.
Pero por alguna razón, no se le trató como tal mientras ocurría. Mientras Bautista llegaba a lo que fue la 42da temporada de al menos 50 jonrones en la historia de Grandes Ligas, mucho de lo que se hablaba acerca de él se trataba de si estaba tomando esteroides o no.
Es como si ya no pudiéramos creer en nada.
"La gente que piensa eso simple y llanamente no está bien informada sobre cómo el béisbol lidia con eso hoy en día. Es importante que haya mente abierta a la hora de pensar en por qué alguien tiene éxito", expresó el dominicano. "El hecho de que alguien tenga éxito no significa que haya hecho trampa ni que no haya hecho de la manera incorrecta. Es triste, la mentalidad de la gente hoy en día."
Lo acontecido en los últimos años puede explicar el escepticismo de la gente. Pero el ascenso de Bautista fue después de la denominada "Era de los Esteroides". Es más, fue en el "Año del Pitcher", en el que Bautista se sometió a por lo menos cinco pruebas antidopaje.
Sin embargo, su gran momento fue contaminado con cinismo y poca celebración.
¿Alguna vez te molestó eso?
"Una sola vez", contestó Bautista.
En agosto, un periodista escribió un blog en que se preguntó si el hecho de Baustista aumentar por triple su marca personal en jonrones para una temporada podía ser con la ayuda de los esteroides. Cuando fue traducido al español y reproducido en la prensa dominicana, el titular tenía el tono de, "José Bautista acusado de usar esteroides".
Eso lo vio la mamá de Bautista, y ella lo llamó llorando, porque no podía creer que alguien había ligado el nombre de su hijo a sustancias para aumentar el rendimiento, no porque haya pensado que su hijo las consumiera.
"Eso nunca le pasaría por la mente, jamás", dijo Bautista. "Ni a mis amigos, mi familia. La gente que me conoce ni pensarían ni esperarían eso de mí."
EMPEZAR DE CERO
Después de salir de los Piratas en el 2008, Bautista empezó a reconstruirse como bateador.
La mayoría del ajuste tuvo que ver con su timing. El toletero levanta la pierna al batear-similar al ex grandeliga boricua Rubén Sierra-y su éxito depende de cuándo empieza a cargar el bate. Con la ayuda del entonces manager de los Azulejos y luego el coach de bateo del equipo Dwayne Murphy, Bautista comenzó a iniciar su swing mucho antes.
Cuando perfeccionó eso, ya pudo ver la bola mejor, tener mejor consciencia de la zona de strike y ponerse en modo de ataque más rápido. Gracias a eso, Bautista no fue un simple jonronero la temporada pasada. Estuvo cuarto en Grandes Ligas en boletos recibidos (100), quinto en OPS (porcentaje de embasarse más slugging, con .995) y empatado por el sexto lugar en Victorias por encima del Reemplazo (Wins Above Replacement, con 6.9).
Adam Lind, el encargado de proteger a Bautista en el lineup de Toronto, dijo que sí venía venir eso.
"Todos sabíamos que estaba ahí, porque lo demostraba en las prácticas de bateo cuando lo adquirimos hace par de años", dijo el primera base de los Azulejos. "Fue cuestión de que él descubriera cómo aprovecharlo, y lo hizo."
El gerente general de los Azulejos, Alex Anthopoulos, se dio cuenta de algo con Bautista también.
Mientras el ejecutivo y el pelotero se preparaban para ir al arbitraje salarial el mes pasado, Bautista-quien podía convertirse en agente libre después del 2011-puso una fecha límite para dejar de negociar una extensión de contrato, para evitar las pláticas durante la temporada, estilo Albert Pujols.
Al llegar prácticamente de la nada el ascenso meteórico de Bautista, Anthopoulos pudo haber esperado a ver si Bautista seguía bateando tanto antes de darle un contrato multianual. Pero el gerente general-normalmente bien cauteloso en estos asuntos-se llevó de su creencia en el dominicano, otorgándole el lujoso contrato de cinco años, con una opción para una sexta temporada.
La personalidad y la ética de trabajo de Bautista facilitó la decisión del equipo de Toronto.
"Me alegro de que haya firmado un contrato de cinco años con nosotros", dijo el manager de los Azulejos, John Farrell. "Muy buen jugador. Bien consciente, bien preparado. Es un líder en nuestro clubhouse y uno de los líderes en nuestro club. Qué bueno que va a estar aquí para rato."
El mismo Bautista está consciente de que probablemente no vuelva a conectar 50 jonrones. De los 26 que han alcanzado dicha cifra, sólo nuevo lo hicieron más de una vez. Y son tantos toleteros legendarios-incluyendo a Hank Aaron-que ni siquiera dieron 50 en una campaña.
Sin embargo, el quisqueyano sí cree que puede producir a un alto nivel por mucho tiempo. Si le preguntas sobre qué quiere mejorar este año, te dirá muchas cosas. Su promedio con corredores en posición de anotar, tomar la base extra con más frecuencia, mejorar a la defensa en la antesala y, quizás lo más importante, ser un digno representante de los Azulejos.
"Los ojos de todos viran hacia ti una vez que tengas un gran año, y por encima de eso recibes un gran contrato", dijo Bautista. "Pero no tengo problema con aceptar esa responsabilidad y la presión que algunos pueden pensar que trae eso. Para mí, no hay más presión."

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