viernes, 20 de mayo de 2011

Es hora de admirar la grandeza de José Bautista



ESPN...Nosotros ignoramos a José Bautista. En el mejor de los casos, le prestamos un poco de atención, sin la capacidad ni la voluntad para reconocer sus números y tal vez con el deseo de que ya se detenga. El jardinero derecho de los Azulejos es el líder de las mayores en promedio, jonrones, carreras anotadas, total de bases, embasamiento, slugging y OPS. Bautista es el gran árbol del bosque. Sí, hemos escuchado sobre él, ¿pero por qué pretendemos lo contrario? Es un hombre callado y discreto que juega para un equipo canadiense que es virtualmente ignorado en Estados Unidos, aún entre los aficionados del béisbol. ¿De dónde es? ¿Por qué es que nunca sale en TV? ¿Habla inglés? ¿Cómo ha llegado a ser tan bueno?

¿Está implicado en el consumo de esteroides?

Es esa última pregunta la que define nuestro mayor miedo y, seamos honestos, la razón principal por la que el desempeño espectacular de Bautista todavía no es reconocido. Tenemos miedo de que esté en el consumo de esteroides, y ese es un tema que todos estamos cansados de confrontar. Nuestra energía y atención para el tema de la era de los esteroides ya está agotada; estamos Barry Bondseados. Bonds, sin embargo, podría ser el nombre adecuado aquí. Mira las similitudes entre los números de Bonds en los primeros 40 partidos del 2001, cuando Bonds bateó 73 jonrones a la edad de 36 años, y los números de Bautista a la edad de 30, durante los primeros 40 partidos de los Azulejos en 2011.





Jugador Año J AP AB HR RBI PROM OBP SLG
Barry Bonds 2001 37 153 118 16 36 .271 .431 .739
José Bautista 2011 32 150 114 16 27 .370 .516 .849


Bautista batea jonrones a un paso histórico y lo hace en el momento al que nos gusta llamar la era post esteroides. Así que miramos y aguantamos nuestra respiración colectiva, con la esperanza de no vernos tentados a disfrutar del entusiasmo de una carrera de jonrones que degenere en una marcha triste e inútil como la que todos integramos en 2007, cuando Bonds culminó su carrera con 762 jonrones.

J.P. Ricciardi, actual asistente especial del gerente general de los Mets, Sandy Alderson, fue el gerente general de los Azulejos que llevó a Bautista a Toronto. "El comisionado ha hecho un gran trabajo para limpiar el juego", me dijo Ricciardi. "Definitivamente las pruebas son administradas. ¿Tú crees que este tipo no ha sido puesto a prueba? Obviamente ha pasado todas las pruebas. Todo el mundo es escéptico sobre algunas cosas. Este tipo ha pasado por todo el proceso y nada le ha dado positivo. Él está sometido a las pruebas como cualquier otro. Yo nunca pensé que era un consumidor de esteroides y no creo que lo sea ahora".





Desde el 15 de mayo de 2010, Bautista ha bateado 63 jonrones -- 22 más que Albert Pujols, quien le sigue a Bautista con 41 jonrones desde esa fecha. Algo extraordinario si consideramos que en sus primeros 1.800 turnos al bate, Bautista sólo bateó 60 cuadrangulares. Nacido en República Dominicana, Bautista hizo estudios colegiales en Estados Unidos y habla inglés con fluidez sin rastro de barreras idiomáticas. Elegido por los Piratas en la 20ma ronda del sorteo del año 2000, se convirtió en una selección de Regla 5 para los Orioles, pero luego fue dado de baja. "Él nunca llegó a jugar en realidad", dijo Ricciardi. "Esos tipos pasan mucho de manos". Durante un periodo de dos meses en 2004, Bautista pasó por los Orioles, Devil Rays, Reales, Mets y de regreso a los Piratas. Con Pittsburgh de 2006 a 2008, nunca bateó más de 16 jonrones en una temporada. En agosto de 2008, fue enviado a Toronto por un jugador que sería nombrado posteriormente. "Cualquier equipo pudo haberlo adquirido", dijo Ricciardi. "Él estaba en waivers. Nosotros pensamos que podía trabajar como jugador súper versátil y ahora se ha reinventado".

La evolución de Bautista ha producido un promedio de slugging de .708 durante el último año de calendario, más de 100 puntos por encima del Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, Joey Votto, y un OPS de 1.129, líder de las mayores. Yo le pregunté a Ricciardi cuál fue el cambio repentino. "Él es Karate Kid -- tú lo observas practica que practica", dijo. "Él tomaba las prácticas de bateo y armaba un espectáculo, bateaba 10 bolas al segundo piso, altas, lejanas y profundas -- y luego en el partido, se ponía a rotar. Estaba fuera de ritmo con su pie delantero. Estaba tarde y trataba de apresurarlo todo y recompensar con su cuerpo en vez de dejar que sus manos hicieran el trabajo. Cuando se adelantaba, su parte frontal se movía con él y nunca podía ejercer su poder porque siempre estaba flotando hacia el lanzador. Ahora lleva el ritmo en su pie delantero y batea la bola de frente en lugar de hacerlo por rotación".

Un equipo genérico que ahora se viste muy raro, con uniformes del color de los pantalones vaqueros y sombreros negros, los Azulejos parecen estar distanciados a años luz de aquella gira jubilosa de Joe Carter por las bases en la Serie Mundial. Ante la gran competencia contra Toronto en el Este de la Americana, compitiendo contra franquicias más lucrativas como los Yankees y los Medias Rojas, algunos aficionados podrían pensar que los Azulejos nunca llegarán a la postemporada durante sus vidas. Sin una exposición consistente a nivel nacional, es más fácil de racionalizar el poco reconocimiento del alto puesto de Bautista en el deporte. "Si él estuviera jugando en Nueva York o en Boston, olvídalo", dijo Ricciardi. "Ellos erigirían estatuas de él. Yo adoro al muchacho. Yo honestamente adoro a ese muchacho. Es una gran persona y todo lo que le está pasando a él no pudo haberle pasado a un mejor tipo".

Cincuenta y cuatro jonrones el año pasado fue suficiente para decir "Wow", pero no suficiente para levantar comparaciones históricas y para enfocarnos en los asuntos relacionados a los esteroides otra vez. La reacción de consenso ante el juicio de perjurio de Bonds este año podría ser mejor descrita como nuestra larga indiferencia nacional. Yo tengo la esperanza de que no seamos indiferentes con Bautista, ni con los Azulejos tampoco. Bautista es el mejor bateador del béisbol y, eventualmente, tenemos que relajarnos y confiar en nuestros ojos de nuevo.

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