jueves, 1 de septiembre de 2011

EUROBASKET: ESPAÑA DERROTA A PORTUGUÉS 87-73

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Superado el trámite con suficiencia. Portugal estuvo a años luz de Polonia y España mató el partido al inicio del tercer cuarto. Bastan cortos fogonazos del inmenso talento de las estrellas españolas para que todo termine rápido, ante el rival más flojo del grupo. Este sí responde al guión de partido de primera fase de una selección como la española. Todavía muy lejos de su tope, pero solventando sin ningún problema frente a un rival inferior, con rotaciones más lógicas en un inicio de torneo y una anotación menos focalizada.

Las sensaciones, como no podía ser de otro modo, mejoraron respecto al encuentro ante Polonia.Pau sigue siendo Pau (20 puntos en 19 minutos), Navarro está a un nivel de acierto increíble (17 puntos, 5 triples), Rudy Fernández todavía no alcanza el nivel determinancia que un día mostró, pero sí que empieza a renacer en el contraataque y la finalización (9 puntos, todos en la primera mitad, y 6 asistencias); Calderón (7 puntos) buscó el aro con mayor interés, y la segunda unidad no hace necesario la llamada desesperada a las estrellas. Nada alcanza el color de rosa, pero todo es de un tono más plácido.

Empezando la faena

Scariolo empezó repitiendo quinteto del día anterior, como seña de identidad. En un inicio, Portugal causó algunos pequeños problemas con el defendido por Marc Gasol, defensor de pintura. Primero con un triple de Miranda (13 puntos y 4 triples), que abría el marcador; luego lo haría Elvis Évora con un tiro de media distancia, colocando el 5-3. Calderón, entre medio, había contestado con un tiro, una buena señal de inicio, viniendo de la preocupante estadística del día anterior ante Polonia, con los tres bases sumando 0 puntos.

Sirviendo balones interiores, España demuestra desde el primer momento que es infinitamente superior a Portugal, pero no acaba de plasmarlo en todo su esplendor. Con el primer contraataque del partido, culminado en mate por Rudy Fernández, se ponía el 5-8 en el marcador. España no mostraba especiales problemas para contener el ataque portugués, pero sí que sufría en el rebote defensivo: Portugal consigue prácticamente tres rebotes de ataque consecutivos (llevaba 8 al descanso, terminó en 13).

5 puntos seguidos de Joao Santos permiten a Portugal mantener el tipo en el marcador. Pero, si el que contesta en el otro aro es Navarro, el problema crece. Dos triples sin despeinarse del de Sant Feliu ponen el 11-16 en el marcador, inicio de la ventaja, que aumentan Ibaka y Pau, plasmando las posibilidades del juego interior español para colocar el +10. Ventaja que minimizaAntonio Tavares saliendo a cancha enchufado, para anotar cinco puntos en un suspiro (acabó siendo el máximo anotador portugués, con 17). A partir de ahí, al final del primer cuarto España pierde la tensión ofensiva, con lo que el partido entra en una fase de indefinición que beneficia a Portugal. Pese a que acaba yéndose 10 abajo al término del periodo (16-26), con un gran mate de Rudy tras recoger el rebote ofensivo, por encima incluso de Ibaka.



Los de Scariolo ya manejaban ventajas de dos dígitos, con la sensación de estar todavía lejos de rendir a buen nivel. Al inicio del segundo cuarto, sin plasmar esa increíble superioridad ante losundersized interiores portugueses, el trabajo les permitía materializar cierta ventaja. Los interiores portugueses se empezaban a cargar de faltas (Fonseca, Évora). Y los problemas de rebote defensivo españoles, junto a la tendencia de Ibaka a los tiros de media distancia y de Marc a la media vuelta tras pivotar, hacían que la máquina no se mostrara arrolladora, pese a que la diferencia en el marcador creciera.

Y, en ese crecimiento, la aparición de Rudy Fernández suponía una gran noticia para Scariolo. Superada la alergia (que se podría haber debido a los tintes de las toallas del campeonato, según apuntaba Mel Otero en la retransmisión de La Sexta, citando fuentes federativas), Rudy volvía a jugar los minutos que le tocan. Y volvía a anotar. Pese a no mostrarse determinante en el 1x1, mentalmente empezaba a entrar en el juego, con finalizaciones de contraataques, además de los tiros libres derivados de una técnica al banquillo portugués (se colocaba con 9 puntos mediado el segundo cuarto).

Navarro y Pau finiquitan...

José Costa volvía a meter a los lusos en el partido con un triple, que inmediatamente contestaba un Calderón que parecía alcanzar ese nivel de complementariedad anotadora necesario en él. Acto seguido, Navarro, infalible, anotaba otro triple que volvía a colocar la ventaja en 15. Como si esa fuera la normalidad. Tras ese instante, el relevo anotador llegaba de la mano de Pau Gasol, que parece no ser preso de la mayor tensión competitiva, especialmente en defensa, pero es una tortura para Portugal. Sin la sensación de haberse empleado de forma especial, coloca el 34-49 sumando ya 16 puntos. Y acompañándole esa sensación de que siempre que esté en pista van a buscarle por encima del mundo, aunque la ventaja en el marcador no vuelva imperioso recurrir a su modo estrella. Una simple mirada a la estadística al descanso dice que España gana de 17 (35-53) y que Pau suma 16.

Reanudado el encuentro, un flash de Navarro coloca ya la diferencia de los 20 (44-65), con ocho puntos, desprendiendo la insultante sensación de que anotar no cuesta ningún esfuerzo. La buena combinación para que Pau terminara el contraataque parecía ya la materialización del final del partido. La imagen de la bajada de brazos de Portugal y de la conversión del partido en un mero trámite.

...y a vivir

El partido había entrado en los minutos de la basura. Descanso para los primeras espadas y la segunda unidad manteniendo el tipo sin que el trabajo ya rematado se les complique. Apenas daba ya para algunos detalles, como una zona fugaz planteada por Scariolo o la combinación de Calderón, Ricky y Llull en pista, después de que San Emeterio fuera sustituido por el extremeño tras un golpe en una caída. Con Claver (preocupante 0/4 en tiros de campo) y Felipe (a su trabajo: 10 puntos y 5 rebotes) de 4 y 5 respectivamente, el quinteto del último cuarto era tan inhabitual como necesario parecía. Porque supone el descanso de la estrella y porque, si España quiere confirmar su favoritismo, debe ampliar la confianza en sus hombres al mismo nivel que quiera alargar la rotación.

Los minutos finales muestran esa necesidad, pues pese a pasarse manteniendo los 20 puntos de ventaja todo el cuarto, un buen parcial final de Portugal, con España varios minutos sin funcionar, lo acabó dejando en "sólo" 14 (73-87).

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