viernes, 28 de octubre de 2011

SAN LUIS DE MANERA SENSACIONAL OBLIGA A SEPTIMO PARTIDO



SAN LUIS -- Habrá un séptimo juego en la Serie Mundial y eso se debe a David Freese y a la tenacidad de los Cardenales de San Luis.
Freese pegó un jonrón decisivo en el undécimo inning y los Cardenales remontaron dos veces ante los Vigilantes de Texas para forzar un séptimo duelo al cantar victoria el jueves por 10-9 en tal vez uno de los grandes clásicos de la historia de las Grandes Ligas.
Los Vigilantes estuvieron a un strike de conquistar el primer campeonato de su historia en los innings noveno y décimo.
San Luis, sin embargo, no se rindió.
"Habría que haber estado aquí para creerlo", dijo el manager de los Cardenales, Tony La Russa.
Con el juego empatado 7-7 en el noveno y ante el relevista Neftalí Féliz, Freese remolcó dos carreras con un triple que bañó con lo justo al jardinero derecho Nelson Cruz.
En el décimo, tras un jonrón de dos carreras de Josh Hamilton para adelantar a Texas por 9-7, Ryan Theriot remolcó una anotación con una roleta y Lance Berkam lo empató 9-9 con un sencillo.
Freese tuvo la última palabra al abrir el 10mo con un cañonazo ante Mark Lowe.
"Vaya sensación increíble el poder ver a todos mis compañeros esperándome en el plato", dijo Freese, cuya camiseta quedó rota durante la celebración.
Fue algo sin precedentes por parte de los Cardenales, ya que ningún equipo había logrado remontar dos veces para tomar la delantera.
No se había visto un sexto juego tan electrizante desde el partido de 1991 en el que Kirby Puckett sacudió un jonrón en el 11mo inning para que los Mellizos de Minnesota derrotaran a los Bravos de Atlanta.
También está el sexto juego de 1986, en el que Medias Rojas de Boston dejó escapar una ventaja de dos carreras ante los Mets de Nueva York, un duelo recordado por el error de Bill Buckner. O el sexto de 1975, con el jonrón de Carlton Fisk frente a rojos de Cincinnati.
El séptimo juego se disputará el viernes. Habrá más acción, incluyendo más turnos de Albert Pujols con el uniforme de los Cardenales.
Matt Harrison será el abridor de los Vigilantes, La Russa se guardó su carta, pero quizás sea el as Chris Carpenter con tres días de descanso o Kyle Lohse.
Será la primera vez desde 2002 que el clásico alcanza el punto máximo. En la ocasión previa, los Angelinos de Los Angeles derrotaron a los Gigantes de San Francisco.
Texas no ha perdido dos juegos seguidos desde el 23-25 de octubre, pero falta por ver cómo responderán ante el mazazo que recibieron.
"No es fácil ganar un campeonato y nos dimos cuenta esta noche", dijo el manager de los Vigilantes, Ron Washington. "Vamos a reaccionar mañana. Hemos pasado situaciones muy duras previamente. Siempre hemos respondido y así lo haremos mañana".
Texas parecía encaminado a la consagración tras irse arriba 7-4 en el séptimo con los jonrones consecutivos de Adrián Beltré y Cruz ante Lance Lynn y un sencillo impulsor de Ian Kinsler ante Octavio Dotel.
La remontada de los Cardenales comenzó en el octavo con un jonrón de Allen Craig contra Derek Holland, achicando la diferencia.
El viejo cliché de un juego no apto para cardíacos le cabe perfectamente a lo presenciado en el Busch Stadium, un memorable partido que de principio a fin dio la sensación que algo imprevisible estaba por ocurrir.
No fue un duelo que se caracterizó por la pulcritud, con errores al por mayor de ambos bandos. San Luis cometió tres errores en un juego del Clásico de Otoño por primera vez desde 1943. Texas también pifió dos veces, ambas de su primera base Michael Young, precipitando un par de carreras sucias.
Pero le sobró emoción, a raudales por sus volteretas en la pizarra.
El trámite del noveno fue la mejor síntesis.
Pujols, que puede declararse agente libre al término de la serie, conectó un doblete ante su compatriota dominicano Féliz. Berkman vino después y recibió el pasaporte con cuatro lanzamientos. Había un out.
Craig se ponchó con un strike cantado. Féliz montó a Freese en cuenta 1-2 y probablemente los Vigilantes tenían lista la champaña. Pero Freese empalmó un batazo a la banda contraria.
El pandemonio fue total en un estadio atestado con una concurrencia de 47.315 aficionados.
El juego se fue a extra innings, como si se resistiera a terminar.
San Luis usó siete lanzadores, con Jake Westbrook acreditándose la victoria.
Texas empleó a ocho y a Lowe le tocó cargar con la derrota.
Jaime García, el abridor mexicano de los Cardenales, apenas pudo lanzar tres innings: siete de los primeros 13 bateadores que enfrentó se le embasaron y permitió cuatro carreras y cinco hits con dos boletos.
Su contraparte Colby Lewis cubrió cinco innings y un tercio con pelota de cuatro carreras --dos limpias-- y tres hits.
La garra de los Cardenales no sorprende. Después de todo es el equipo que se encontraba a 10 juegos y medio atrás de Atlanta en la puja por el comodín de la Liga Nacional, pero logró clasificarse a la postemporada en el último día de la campaña.
Las últimas dos Series Mundiales que se extendieron al máximo de siete juegos fueron las de 2001 y 2002. En ambas, los Diamondbacks de Arizona y Angelinos llegaron a casa en desventaja de 3-2 y se coronaron campeones a expensas de los Yankees de Nueva York y Gigantes, respectivamente.
Texas tendrá en duda para el duelo a Cruz, quien salió con una dolencia en la ingle derecha.
Por los Cardenales, los dominicanos Rafael Furcal de 5-0; y Pujols de 5-1 con una carrera anotada. El puertorriqueño Yadier Molina de 4-1 con dos producidas. El mexicano García de 1-0.
Por los Vigilantes, los dominicanos Beltré de 6-1 con una anotada y una producida; Cruz de 6-1 con dos anotadas y una producida; y Esteban Germán de 1-0. Los venezolanos Elvis Andrus de 6-2 con una anotada; y Endy Chávez de 1-0.


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