jueves, 24 de mayo de 2012

El milagro de Iván Nova Contra todo y contra todos, el lanzador dominicano llegó a las mayores con los Yankees


ESPN...A menos que usted sea un aficionado de los Yankees de Nueva York, probablemente no le haya prestado demasiada atención a Iván Nova.
Puede que piense que está sobrevalorado porque lanza en Nueva York y que su récord de 21-8 está matizado por esa efectividad de 4.21.
O quizás considere que está subestimado, pues su efectividad de 5.69 está temporada es compensada por un xFIP (pitcheo independiente de la defensa, una herramienta estadística que ayuda a evaluar la actuación de un lanzador independientemente de factores externos, como la calidad de la defensiva de su equipo) de 3.46 que es bastante mejor que el promedio.
En cualquier caso, sea considerado un As o un abridor de la parte trasera de la rotación, Nova merece atención, pues su ascenso a las mayores es un testamento de un caso en el que, en perfecta simetría, se conjugaron oportunismo, evaluación, desarrollo, suerte y, por supuesto, talento.
Alcanzar las Grandes Ligas es una tarea complicada para la mayoría de los jugadores; en el caso de Nova, su presencia en Nueva York representa un triunfo organizacional para los Yankees, el tipo de historia que se celebra en los cuartos traseros, las oficinas de los coaches y en los desordenados carros que los scouts manejan de un sitio a otro en busca de la próxima estrella.
Estadísticamente, no es sencillo llegar a las mayores. Desde 1965, y a de acuerdo a Major League Baseball, 60.428 jugadores han sido seleccionados en el draft amateur. Ahí no se cuenta el número de incontables jugadores de otros países que firmaron como agentes libres, un grupo cuya cuenta no se llevaba oficialmente hasta hace poco. Pero para poner las cosas en perspectiva, aproximadamente 500 agentes libres internacionales son firmados cada año.
Sin embargo, desde 1965, sólo 8,493 jugadores -- bien sea salidos del draft o firmados como amateurs internacionales- han aparecido en al menos un juego de Grandes Ligas. Ciertamente, las probabilidades de alcanzar las mayores son pocas, y había muy poco en la historia de Nova --firmó en Palenque, una pequeña aldea cerca de San Cristóbal, en República Dominicana -- que lo hiciese lucir más como posible grandeliga que el resto de los muchachos latinos firmados a lo largo de los años. El ascenso de Nova -- tuvo marca de 16-4 con 3.70 de efectividad el año pasado -- sirve para recordar que la columna vertebral del beisbol siguen siendo scouts, coaches y, por supuesto, jugadores con experiencias diversas y particulares.
En el año 2004, los Yankees vieron algo en Nova que le hizo merecedor de un bono de 80.000 dólares por su firma, un monto promedio para un prospecto en la República Dominicana y ciertamente una cifra superior a esos bonos de más bajo costo -- de 10.000 o 20.000 dólares -- que se otorgan a tantos jugadores sólo por un capricho, una corazonada o por la relación con un entrenador. Firmar a un jugador por casi seis cifras indica que el equipo vio al menos una cualidad que proyectaba bien, aunque no el suficiente potencial para merecer un bono de siete cifras. Para que esa cualidad salga a flote, el equipo depende de buenos coaches y de la capacidad del jugador para adaptarse. E incluso así, es posible que el pelotero nunca alcance su potencial.
"Hubo mucho trabajo de los coaches y los scouts, pero la mayoría del trabajo lo hizo [Nova]", dijo el vice presidente de los Yankees, Mark Newman. "Estamos felices por él. Felices por los Yankees. Este proceso, este sistema, produjo ese resultado. Así que hay mucha gente que estuvo envuelta en esto que debería sentir muy bien por ello. Por eso estamos aquí. Es lo que estamos supuestos a hacer. Es lo que estamos tratando de lograr, pero es duro".
Cuando Nova vuelva a tomar el montículo -- el viernes por la noche en Oakland, si un esguince de tobillo se lo permite -- habrá algunos aficionados de los Yankees preocupados por su efectividad o inquietos por la cantidad de jonrones que ha permitido (10 hasta el momento, mientras que el año pasado permitió 13). Pero no se equivoquen: el hecho de que esté allá afuera es una especie de milagro.


Durante la primavera del 2004, Víctor Mata, un scout de los Yankees en Dominicana, recibió una llamada de un entrenador con el cual tenía una relación cordial. Mata ya había firmado a Yhency Brazoban de este trainer, así que confiaba en su opinión.
Usualmente, las firmas en la República Dominicana son el resultado de este tipo de relaciones entre entrenadores y caza talentos. La naturaleza del mercado de agentes libres requiere que los scouts estén bien conectados y pocos lo están mejor que Mata, un ex jardinero de 50 años que jugó para los Yankees.
"Te tengo un prospecto", le dijo el entrenador a Mata. "Yo sé qué tipo de peloteros te gustan. Este muchacho está listo para firmar". El muchacho en cuestión era Iván Nova, que entonces tenía 17 años. Mata no sabía mucho sobre él. Pocos lo conocían. Había pasado un par de semanas en la academia de los Medias Rojas de Boston, pero en líneas generales era un chico desconocido.
Durante sus primeros años en el beisbol, Nova jugó en el campocorto y en los jardines. Nadie veía en él a un prospecto hasta que empezó a crecer cuando alcanzó la adolescencia.
Siendo ya un chico alto, los coaches de la zona empezaron a tomarlo en cuenta. Un día, después de jugar contra jóvenes de su propia edad una mañana, le pidieron a Nova, quien para entonces tenía 15 años, que se apareciese más tarde en el campo local para jugar contra muchachos mayores. Alguien quería ver si podía lanzar.
"Yo había pitcheado antes, cuando era un niño, pero tenía mucho tiempo sin hacerlo", recordó Nova.
Pero esa figura alta y larguirucha (los Yankees dicen que mide 6 pies 4 pulgadas, y que pesa 225 libras, pero era mucho más flaco en aquel momento) hacían de él un natural. Casi de forma instantánea estaba lanzando con precisión hacia el plato. Desde ese momento, Nova sería un pitcher.
Pero ese descubrimiento tardío detuvo el desarrollo de Nova. Era como si estuviese empezando desde cero. Su entrenador le dijo que no sería fácil convertirse en un pitcher prospecto porque estaba empezando muy tarde, al menos para los estándares de las promesas en Quisqueya.
Cada vía, Nova se levantaba a las 5 de la mañana para entrenar. Había días en los que quería quedarse en la cama, pero su padre, Manuel, que manejaba un restaurante/bar en la playa de San Cristobal, ya estaba despierto para decirle a su hijo que trabajase duro, algo que él había hecho toda su vida para mantener a sus muchachos. Hubo momentos en los que la familia no tenía suficiente para comer, así que Manuel Nova sacrificaba la mitad de su cena para que sus cinco hijos, que dormían en la misma cama, tuviesen un poquito más de comida. Había días en los que Manuel le pedía a los niños que le diesen una mano en el restaurante, para que así la familia tuviese un poquito más de dinero. Tales eran las necesidades de los Nova.
Nova sabía que, sin importar lo mucho que quisiese dormir, no podía decirle a su padre que se fuese cuando venía a despertarlo a las 5 de la mañana.
Eventualmente, Nova se ganó la atención de unos pocos scouts. Johnny DePuglia, quien trabajó como escucha de los Medias Rojas, recordó que el equipo quiso firmarlo, pero que Nova no parecía convencido.
"La verdad es que no quería firmar con Boston", dijo Nova. "Mi papá y yo éramos fanáticos de los Yankees". Así que el trainer llamó a Mata y los Yankees se interesaron. Nova pasó dos semanas en la academia del equipo.
"Le dije a mi trainer que a la primera oportunidad que hubiese quería firmar con los Yankees", dijo Nova. "Él me decía que era posible conseguir más dinero en otro lado. Le dije que no me importaba. Yo quería firmar con los Yankees".
A Mata le gustaba que Nova tuviese un cuerpo largo y sin grasa y que su mecánica de lanzar fuese buena. Sus pitcheos no impresionaban a nadie -- como máximo, lanzaba entre 86 y 89 millas por hora, su curva era buena y tenía tino para tirar el cambio -- pero su forma natural y sencilla de lanzar predecían posibilidades fascinantes.
Mata hizo entonces lo que hacen los scouts: soñó. Sus instintos le decían que, si las cosas salían a la perfección, este muchacho flaco y alto podría ser algún día un pitcher de Grandes Ligas.
"Cuando te esfuerzas mucho para lanzar entre 86 y 88 millas por hora, entonces no tienes mucha proyección", dijo Mata. "Pero cuando lanzas tranquilo, puedes esperar que la velocidad mejore. Pesaba 175 libras cuando llegó a la academia. Uno pensaba que cuando subiese a 200 o 225 libras, entonces la pelota saldría con mucha más fuerza".
Ahora era sólo cuestión de convencer a los que toman las decisiones de que valía la pena firma a Nova. Aquello no resultó muy difícil. Cuando terminó su estadía de dos semanas en la academia, Newman, un experimentado scout que pasa buena parte de su tiempo en Latinoamérica, reconoció muchas de las cualidades que había visto Mata.
Adicionalmente, Nova demostró durante juegos simulados una capacidad extraordinaria para lanzar strikes, algo que muchos pitchers latinos no logran a tan temprana edad. Entrenados para impresionar durante las pruebas para prospectos, muchos tratan de romper el radar de velocidad en vez de tirar strikes. Nova no era uno de esos.
Normalmente, la edad de Nova, que entonces tenía 17 años, habría sido un problema. En la República Dominicana, muchos equipos se alejan de muchachos mayores de 16 años, la edad a partir de la cual pueden firmar. Lo hacen porque piensan que los peloteros latinoamericanos no están tan desarrollados porque han jugado poco. Nova, de acuerdo con esa teoría, estaría un año retrasado en la pelota profesional, y no jugaría su primer encuentro hasta que tuviese 18 años. Pero los Yankees tenían sus propias teorías. La filosofía de Nueva York, como organización, es buscar a cualquier pelotero que tenga talento o muestre potencial, un enfoque que les permitió conseguir a prospectos ya mayores como Melky Cabrera (firmado a los 17 años) y Robinson Canó (firmado a los 18), entre otros.
"Nos dimos cuenta que el talento se muestra en distintas formas", dijo Newman. "Lo mejor que se puede hacer en el área de scouteo y desarrollo de jugadores es mantenerse expandiendo la disponibilidad de talento. Seguimos encontrando formar de probar y encontrar jugadores que nos gustan. Con cualquier jugador en el planeta puedes encontrar algo que no te va a gustar. Nosotros nos mantenemos buscando las cosas positivas, buscando en esos rincones oscuros".
Newman ofreció 80.000 dólares. Nova aceptó enseguida. Ahora los Yankees tenían que esperar que con algo de guía, se desarrollase.


Una de las mejores cosas del beisbol es que la mayoría de las veces -- aunque ciertamente hay sus excepciones -- los jugadores son recompensados por sus acciones, una verdadera meritocracia.
"Yo siempre creo que los jugadores tienen un chance, así le hayamos dado un dólar o un millón", dijo Mata.
Nova ascendió a través del sistema de ligas menores de los Yankees por delante de algunos prospectos mejor evaluados y mejor pagados. Aquí es donde entró en juego la suerte.
No había forma de que los Yankees supiesen que tan bien iba a integrarse Nova al beisbol profesional. Pero lo que sí sabían gracias a su prueba de dos semanas en la academia de República Dominicana es que era un jugador con una confianza tremenda en sí mismo, una característica necesaria para alguien con su historia que se enfrentaba a un camino difícil en las menores y cuyas probabilidades de éxito no eran las más altas.
Esa confianza fue lo que lo mantuvo a flote en esas primeras y difíciles temporadas. Durante esos días de su primer año en Estados Unidos, frustrado porque sólo podía comer pizza ya que no podía leer un menú en inglés, fue su convicción de que podía llegar a las Grandes Ligas lo que lo ayudó a trabajar más.
Pero muchas veces, ni soñar era fácil. En el 2008 comenzó la temporada en el clase A Tampa con una cadena de derrotas, y se sintió tan decepcionado que llamó a su familia y les dijo que quería renunciar. "Lo único que quería era ganar", dijo Nova. "Lo único que me importaba era ganar. Mientras se acumulaban las derrotas, me frustraba y me quería ir a mi casa".
Mucha gente dentro de la organización lo llamó para hablar con él. Eventualmente, Mata se enteró de lo que estaba pasando.
"Si quieres me monto en un avión ahorita mismo y te traigo de vuelta conmigo", le dijo Mata a Nova por el teléfono. "Pero me lo tienes que decir en la cara".
Nova se quedó. En cualquier caso, a los Yankees les entusiasmaba su devoción por ganar. La organización empezó a reconocer que valoraba más al equipo que su propia actuación.
Y ni siquiera ese complicado camino en Clase A redujo su amor por el juego, otro giro de suerte en esta historia.
Cuando era un niño, Nova aprendió a jugar beisbol en las calles. Durante la semana, el campo en Palenque estaba normalmente ocupado por muchachos mayores, así que los más pequeños como Nova tenían que esperar hasta el sábado para poder jugar en un diamante de verdad. A veces, parecía que las tormentas sólo venían los sábados. Pero los muchachos no se dejaban desanimar. Muchos, incluido Nova, agarraban esponjas, sábanas, lo que fuese para quitarle el agua a los campos inundados. Jugaban a pesar de la lluvia.
Su amor por el juego lo ayudó a superar otra fase complicada, cuando ya estaba más cerca de las Grandes Ligas. Al final de la temporada de 2008, Nova no fue protegido en el draft de Regla 5. Los Yankees pensaron que si bien era posible que alguien tomase a Nova, las pobres estadísticas que tenía hasta ese momento podrían hacer pensar que no pasaría la temporada completa en el roster de las mayores de su nuevo equipo -- un requerimiento para cualquier jugador seleccionado bajo la Regla 5 -- y que entonces tendrían que devolverlo.
Tuvieron razón. Los Padres de San Diego lo tomaron. Pero tuvo una primavera espantosa y lo devolvieron a Nueva York antes de que comenzase la temporada.
Nova se sintió desanimado por no haber sido protegido -- "En mi corazón, yo era un Yankee", dijo --- pero su confianza lo ayudo a superar sus problemas de aquella primavera. En cambio, se enfocó en las aperturas en las que lanzó bien durante aquellos entrenamientos. Estaba más convencido que nunca de que con algunos ajustes era capaz de lanzar en las mayores.
"Para mí, el beisbol no se trataba de ser un prospecto", dijo Nova. "¿Qué podía hacer yo si la gente dudaba de mi? Lo único que podía hacer era no pensar en eso y olvidarme del mundo. Prospecto o no, es difícil llegar a Grandes Ligas. Yo sólo podía hacer mi trabajo. Piensa en todos esos prospectos que están ahora en las menores. No todos reciben el chance. A veces, simplemente no hay espacio para ellos. No importa que la gente use la palabra prospecto al hablar de ti. Yo nunca me preocupé por eso. Si yo hacía mi trabajo, y había lugar en el roster, me iban a llamar".
La oportunidad llegó al final de la temporada del 2010. La primavera que pasó con los Padres le enseñó que debía ser más agresivo contra los bateadores, una estrategia que lo ayudó a mejorar en las menores durante 2009 y 2010. Los Yankees lo tenían en tan buena estima que lo usaron en 10 juegos al final de la temporada (terminó con 1-2 y 4.50 de efectividad) y al final de la ronda regular lo mandaron a trabajar en Tampa en caso de que necesitasen sumarlo el roster de postemporada de 2010. Un día durante esa pasantía, cuando Nova estaba soltando pelotas, el vice presidente de los Yankees Billy Connors, quien pasó 17 años como coach de pitcheo en las mayores y se mantiene ayudando en ese rol todavía, se le acercó a Nova y le preguntó si alguna vez había pensado en lanzar recta cortada. Connors, quien como coach de pitcheo de los Cachorros le había enseñado ese lanzamiento a Greg Maddux, le mostró a Nova cómo agarrarlo y le pidió que lo probase.
"Cuando lo vi lanzarlo, lo hacía con mucha facilidad", dijo Connors. "Le dije, 'Esto te va a ayudar a ganar algunos juegos'. Uno ve muchachos que la lanzan. Muchos no pueden hacerlo porque no les rompe bien. A Nova le rompió bien la primera vez que lo hizo. Eso fue lo que me impresionó".
Aquel momento transformó la carrera de Nova. Hasta entonces ninguno de sus pitcheos secundarios proyectaban bien para las Grandes Ligas. La recta cortada cambió eso. Además era un pitcheo que podía ayudarlo a mantenerse sano.
"La razón por la que enseño el cutter es porque no tiene la presión de la vieja slider, que obliga a los muchachos a doblar sus muñecas y lanzarla con el dedo medio, lo que terminaba dañando sus codos", dijo Connors. "Con este pitcheo, lo único que les enseño es a lanzarla con el primer dedo, mueves la mano y la lanzas como si fuese una recta. Cuando sale del dedo, se mueve hacia adentro".
Nova le tomó confianza al pitcheo con rapidez. La primavera siguiente, el nuevo coach de lanzadores de los Yankees, Larry Rothschild le pidió a Nova que hiciese unas pocas modificaciones y rápidamente la 'cutter' se convirtió en una especie de slider. Nova dominó a tal modo el pitcheo que salió del spring trainning de 2011 con un puesto en el equipo.
Durante su pasantía en las mayores en 2010, antes de que empezase a trabajar con Connors, las tablas de PitchF/x tabuladas por brooksbaseball.net registraron que Nova tiró solamente 11 sliders de un total de 655 pitcheos (2%). En 2011, ese número subió a 340 sliders de 2.663 pitcheos (13%). Esta temporada, ha contado aún más con la slider, 128 de 670 lanzamientos (19%).
"No tiene esa rotación típica del slider", dijo Russell Martin, receptor de los Yankees. "No ves ese punto viniendo hacia ti y no tiene ese quiebre tan marcado a la típica slider. Se va más firme. Él lanza a 92 y de repente viene a 88 millas por hora".
Desde que aprendió el pitcheo de Connors y lo modificó mientras trabajaba con Rothschild, el coach de Triple-A Scott Aldred y el coordinador de pitcheo para las ligas menores, Nardi Contreras, Nova se ha establecido como un sólido abridor de Grandes Ligas. Fue el segundo abridor de los Yankees en la postemporada del año pasado y llegó a ganar 15 decisiones consecutivas.
Con trabajo colectivo, los Yankees lograron crear una carrera de Grandes Ligas.
"Buscar, firmar y desarrollar peloteros de ligas mayores es una tarea muy difícil", dijo Newman. "Es duro. Se trabaja todo el año, cuesta dinero, toma tiempo, hay muchos fallos. Uno se deleita con los Iván Nova".
Y sin embargo, hay poco tiempo para que la organización celebre.
El lento comienzo de Nova esta temporada tiene a los Yankees buscando más respuestas. Recientemente él y Rothschild han estado trabajando con un cambio de velocidad, un pitcheo que no es desconocido para Nova. Él lo lanzaba cuando lo firmaron, pero se estancó con el y necesitaba comenzar de nuevo, con un nuevo agarre. Nova todavía no tiene suficiente confianza para lanzarlo de forma frecuente en un juego -- hasta ahora, sólo lo ha usado el 5% de las veces -- pero va en camino.
Y por supuesto, los Yankees tienen más de 200 potenciales Iván Nova en busca de atención en las ligas menores, además. Hay hombres jóvenes en República Dominicana, en Tampa, en Scranton, esperando por ese momento en el que puede que aprendan algo que los impulse hasta las Grandes Ligas.
Para muchos de ellos, ese momento nunca llegará.
"No puedo decirte todo el tiempo que pasamos examinando todo lo que hemos hecho, lo que estamos haciendo y cómo podemos mejorar", dijo Newman. "Es un ejercicio diario".
Así que la próxima vez que vean a alguien como Nova en el montículo recuerden que es algo casi milagroso.

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