domingo, 15 de julio de 2012

Salón de la Fama del Béisbol en Cuba: la ruta del olvido



Por Alberto Aguila..Para los que durante décadas hemos seguido paso a paso la pelota cubana, la noticia acerca de la “creación de un Salón de la Fama del Béisbol Cubano” ha sido como un bofetón en pleno rostro. ¿O es que hay alguien "haciéndose el loco”?
Hacerse el loco es algo así como aparentar ignorancia respecto a un tema que sí conoce. En este caso, intentar fundar una “Galería de Inmortales” por estos tiempos es una burla grave al deporte cubano y a peloteros de calidad que brillaron en otras épocas, porque el Salón de la Fama del Béisbol Cubano se instituyó en 1939.
El Salón de la Fama en Estados Unidos nació el 12 de junio de 1939 en Coopertown, New York. La propia enciclopedia cubana EcuRed, un proyecto oficialista creado en el 2010, recoge el acontecimiento y la influencia que tuvo sobre el béisbol cubano: "La Liga Cubana [se refiere a los torneos profesionales anteriores a 1961] acogió la iniciativa de los americanos y el 26 de julio del mismo año, en una pared del estadio La Tropical, hoy Pedro Marrero, fue develada una tarja por una comisión integrada por el Doctor Rogelio Valdés Jorge y otras personalidades cubanas muy vinculadas a nuestro deporte nacional”.
De manera que había un reconocimiento oficial a la existencia de la iniciativa en la etapa anterior a 1959.
Posterioriormente la tarja fue situada en el parque Latinoamericano y durante años permaneció muy cerca de la entrada principal del estadio habanero. ¿Donde estará ahora? Sería víctima de los depredadores del béisbol profesional que actualmente dirigen en Cuba?
En 1996 apareció el magnífico libro La Leyenda del Béisbol Cubano, escrito por Angel Torres, un excelente periodista y comentarista deportivo cubano ya desparecido, quien explica algo similar y expone una lista de 68 elegidos entre 1939 y 1961.
Poco después, en el mismo 1996, el  extraordinario Hank Aaron, una ex superestrella del beisbol Frandes Ligas, se entrevistó en La Habana con los máximos dirigentes del pais y logró obtener permiso para editar un libro relacionado cona la pelota de la isla. El volumen titulado Cuban Baseball Historian 1864-2006, de los periodistas norteamericanos Mark Rucker y Peter C. Bjarkman, se imprimió en 1999.
El compendio recoge temas de la pelota profesional cubana en 246 páginas, desde su inicio hasta 1960. Exactamenter 200 de las planas fueron dedicadas a la pelota profesional y el resto enfoca datos de las series nacionales, sus figuras y triunfos, con gran despliegue de fotos. En la última página los editores no olvidaron a los “inmortales” y recogieron la relación de nombres de atletas del original Salón de la Fama Cubano. Debajo de la lista aparece una extensa bibliografía sobre las fuentes de la información pertinente.
Pretender a estas alturas ignorar la actuación de los jugadores, managers, árbitros, comentaristas deportivos y dirigentes que fallecieron o residen en el exterior es una pésima burla de quienes ahora desean inventar otra “galería”.
No creo que gran número de los periodistas de béisbol que viven en la isla se sumen a esta farsa, a sabiendas de la gloria de los jugadores que antecedieron a los buenos peloteros de hoy.
Hay un antecedente detestable de esta maniobra descaradamente manipuladora y se remonta al año 2000. En esa oportunidad, el diario Granma divulgó una lista de atletas para escoger los 100 mejores deportistas cubanos del siglo XX. La selección sería por votación popular, según explicó el periodiquito del Partido Comunista. Al final, en el listado escogido faltaron la mayoría de los heroicos deportistas con hazañas antes de 1959.
¿Pretenderán dejar fuera de esta "Galería de Inmortales" a los peloteros cubanos que aparecen en el Hall of Fame de Estados Unidos? En México existe un recinto donde están los nombres de jugadores cubanos desde hace muchos años y en República Dominicana se fundó, en el 2009, el Salón de la Fama del Béisbol Latino, al que han sido exaltados varios nacidos en Cuba que pasearon con gloria en otras latitides.
No debe haber dudas de que en el nuevo Salón de los Mejores estará -por derecho propio-  la crema de los jugadores de las Series Nacionales. Por citar algunos, Braudilio Vinent, Antonio Muñoz, Santiago Mederos, Luis Giraldo Casanova, Wilfredo Sánchez, Pedro Luis Lazo, Orestes Kindelán y Antonio Pacheco, serán de los primeros. 
Pero no me queda claro si habrá espacio por igual para Orestes Miñoso, Luis Tiant, Tony Oliva, Miguel Cuéllar, Camilo Pascual, Conrado Marrero y todos los que fueron escogidos entre 1939 y 1960.
No tengo tampoco certeza de que los designados con “voz y voto” en la elección tendrán en cuenta a Orlando “Duke” Hernández, José Ariel Contreras y otros con doble condición de triunfadores en Cuba y Grandes Ligas en años recientes.
Ninguna "Galería de Inmortales" -si ese resulta en definitiva el nombre del Salón de la Fama cubano- podrá tener legitimidad si solo resultan considerados los jugadores de los últimos 50 años. Cuando esos jugadores y los “seleccionadores” nacieron, ya en Cuba  había infinidad de superestrellas bien reconocidas en el mundillo de las bolas y los strikes. 
Confío en que la desmemoria y la indecencia no ganen este partido.

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