lunes, 1 de octubre de 2012

LA FABULA DE MELKY CABRERA


Por Héctor (Tito) Pereyra ......(Para una Sociología del Béisbol Dominicano)
A Melky Cabrera lo vi una, y única vez, en una conferencia de prensa en el nuevo Yankees Stadium. Debió ser en uno de esos viajes que hago frecuentemente a Nueva York, algunos para cumplir con compromisos de mis funciones en el béisbol y otros para visitar familiares que viven en la ciudad. Lo cierto es que el equipo visitante era Toronto y hacia una fresca y brillante tarde en el Bronx. Previo al juego se realizan conferencias donde se rotan los peloteros para hablar con la prensa. Es el extra que tienen que dar además de palos y buenas atrapadas. Son un producto caro de una industria que se apoda nada más y nada menos que “El Pasatiempo Nacional” desde el año 1856 y el deporte número uno en países como Cuba, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana. En el pasatiempo nacional los Yankees son los que tienen más jerarquía en el espectáculo. Melkis Cabrera juega para ellos, era el 2009.

Asistí a la conferencia y vi a un muchacho típico, con mucho talento deportivo pero probablemente descuidado de su formación académica. En realidad no puedo llegar a ninguna conclusión sobre su educación. Para ese entonces Melkis compartía el jardín central que había dejado Bernie Williams con Brett Garner y hasta lucia por encima de este rubio que parecía muy cercano con Joe Girardi, seguramente por asunto de cultura e idioma. Pero se oyen rumores de que Melkis no salió de los Yankees con aprecio mutuo, mucho menos de Atlanta, de Kansas City no he oído nada.

Al llegar a San Francisco y convertirse en el dueño del espectáculo llovieron rayos y centellas desde el club house de Atlanta. Esto no detuvo el espectáculo de Melkis. Los Fans habían hecho juegos de palabras con su nombre. Lo llevaron a una asociación cariñosa con otro producto que les endulza la vida: Una barra de chocolate. Milky salió el jugador más valioso del juego de estrellas. En la segunda mitad parecía que sobrepasaría los 200 hits y hasta podría conquistar el liderato de bateo si no se lesionaba. En todos los escenarios, San Francisco.

Santo Domingo, la división oeste, los diseñadores del mercadeo de los Gigantes y hasta las mismas Águilas Cibaeñas, estaban sorprendidos. Era el nacimiento de una nueva estrella. Se veía venir. Todos sabemos el resto amargo de la historia.

Como dice un amigo cronista refiriéndose al Clásico Mundial: “Respondiendo al llamado de la patria”. También se puede aplicar en cualquier ámbito, ya que en este de las sustancias controladas la vergüenza y la tristeza recaen sobre toda una nación. Terquedad y baja autoestima, mala representación de una juventud, una generación que no se caracteriza, salvo excepciones, por sus grandes méritos preventivos. Ya había pasado con grandes figuras en los últimos diez años. Según Esopo la moraleja es la espina dorsal de la fabula. En esta es que, si se juega a la ruleta rusa en el béisbol, puede dispararle de muerte a tu futuro.

Melkis ya comenzó bien renunciando al título de bateo. El año que viene le tocara dar “palos limpios”, para comenzar a reparar su error.

Esta historia es muy parecida a El Alfiler de mi libro El Cátcher que se Ponchó y otros cuentos de Prospectos, que enfatizan la moral y la ética en el juego como carta de triunfo. No queremos 50 juegos de suspensión, Nunca Más!

No hay comentarios.: