jueves, 9 de octubre de 2014

CARLOS PÉREZ, UN VETERANO NACIDO DE NUEVO



BOCA CHICA – A sus 43 años de edad, el zurdo Carlos Pérez todavía se emociona como un novato en cada inicio de temporada invernal en la Liga Dominicana.

“Para mí es un placer estar aquí, integrándome a las prácticas. Me siento bien emocionado con todo este talento que tiene el equipo”, expresó Pérez el primer día que llegó al complejo de los Diamondbacks de Arizona, sede de los entrenamientos otoñales de los Leones del Escogido.

El exitoso zurdo está en su segunda campaña con los Leones y desde hace varias semanas comenzó a prepararse con miras a la justa que arranca el próximo jueves 16.

Pérez valoró el hecho de que logra alcanzar rápidamente su forma física, aun cuando fue operado dos veces por lesión durante su apogeo y a pesar de que durante el verano se la pasa sin lanzar.

“Todos tenemos rutinas diferentes. Por ejemplo, yo me paso el verano fuera de béisbol. Después que termina el invierno yo “suelto los hierros” y luego me integro al equipo faltando unas dos semanas… No necesito tanto tiempo para ponerme 100 por ciento”, confesó el dinámico zurdo.

Para Pérez es una bendición que su cuerpo responda bien ante las exigencias de enfrentar a jugadores más jóvenes y de todos los niveles del béisbol organizado.

“Lo importante de este negocio es cuando uno es sano. Mi carrera siempre ha sido limpia; sin ningún obstáculo con relación a esteroides y esas cosas. Fíjate que con 44 años yo estoy lanzando y me siento en muy buena condición”, proclamó el cuarto de los hermanos Pérez”.

Con una trayectoria de más de 26 años como lanzador profesional, 21 de ellos en la pelota invernal dominicana (Toros del Este, Tigres del Licey y Escogido), ahora Pérez ha cambiado su estilo de vida al aceptar al Señor Jesús, gracias a una petición de su esposa y de sus hijos.

“Mi esposa me pidió que me quedara una noche (en la iglesia). Me gustó. Seguí yendo y me quedada, hasta que un momento sentí algo que no era yo. Fue una experiencia maravillosa... Yo no vi a nadie en el templo, sólo vi un solo camino y sentía que alguien me empujaba al frente. Eso me sucedió unas tres o cuatro veces y lo único que hice fue irme en llanto, lágrimas”, relató emocionado al conversar para Escogido.com luego de una sesión de entrenamientos.

“Yo le digo a los que no conocen de Dios que esto es una maravilla, porque yo he vivido cosas hoy en día que no viví en la otra vida”, añadió.

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