viernes, 19 de agosto de 2016

Marisol Pie, la madre de Luisito, fue incapaz de ver la pelea; “la entiendo”, opina su hijo


                                                


BAYAGUANA, MONTE PLATA. Caminaba de aquí para allá, de forma que de todos los integrantes de la familia, Marisol Pie, nunca se sentó en la pequeña antesala de la casa para ver pelar a su hijo. “No podía. Me la pasé dando vuelta y vuelta porque no lo puedo ver. Estaba nerviosa”, dijo la progenitora del medallista olímpico de bronce, Luisito Pie, que el miércoles en la noche se colgó la presea de bronce. Como premio, dice la madre, le espera “un sancocho de res” y al día siguiente, “habichuela con dulces”. Los nervios no eran para menos. Todos en la casa, incluidos su padrastro, Euclides Reyes y los cuatro hermanos, Bernardo (21 años); Cristofer (16), Jaime (14) y Moisés (8), además de algunos amigos, se apretujaron en la antesala de la humilde casa.

La tensión creció cuando Luisito, después de tener la pelea de la semifinal casi dominada ante Hanprab Tawin (Tailandia), la perdió 11-7 y fue de morderse las uñas, cuando fue a disputar el bronce ante el español Jesús Tortosa y vieron cómo de 5-0 se puso 5-1 y en los últimos dos segundos, se empató 5-5.

La paz llegó justo cuando en el punto dorado, marcó para darle a América el único metal en taekwondo. “Fue difícil”, manifestó Bernardo. “Se nos cayeron los ánimos”, dijo Euclides, “pero no la fe”.

Así Luisito no sólo da el primer metal a Dominicana, sino también para América en taekwondo y mantiene a su país en el podio por cuartos juegos consecutivos. “Es una proeza de primer orden en un país pequeño como el nuestro, que con el más bajo presupuesto de la región tenga cuatro olimpíadas consecutivas subiendo al podio”, dijo desde Río, el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Luisín Mejía.

Bernardo, quien es también miembro de la selección nacional de taekwondo, peleó de niño contra su hermano y contra otros que cruzaban por la calle Flor Mimosa, del barrio Las Flores, acumulan 70 medallas, de las que 21 internacionales, incluida la de Río, 2016, pertenecen a Luisito, de 22 años.

La casa de los Pie es una pequeña vivienda humilde, subida en blocks, pero techo de zinc y un patio. La calle Flor Miosa es un trecho fangoso donde el asfalto todavía es un misterio por descubrir.

Esos comentarios

Es mucho lo que ha escuchado la familia Pie, sobre de que son de Haití. Su madre nació aquí, el padre por igual; aunque ambos hijos de haitianos. El padrastro es de San José de los Llanos. “Uno no se va a poner a perder el tiempo con personas ignorantes”, dijo Bernardo. “Si él se hubiera detenido a pensar lo que dice la gente, no estuviera ahí en el lugar donde está”, agregó Euclides, padre de los últimos tres de los hermanos. “Tratamos de no escuchar las malas opiniones, porque nosotros tenemos claro que Dios está con nosotros, y si es así, quién contra nosotros”, agregó.
Luisito: “No esperamos nada en específico, pero lo que llega, llegó y lo recibiremos como recibimos esta medalla”



El campeón de los -58 kilogramos, Luisito Pie, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Río, una presea que la obtuvo en un agonizante round del punto de oro.



—¿Qué es lo primero que te llega a la cabeza, un día después del combate?

Lo primero ahora mismo es regresar al país y llevarle al pueblo esto que tanto espera. Que es de ellos, fruto del apoyo que hemos recibido por cada uno de los 10 millones de dominicanos. Mi familia, agradecido por todos los que han estado ahí día tras día y noche tras noche, aportando su granito de arena para que hoy en día sea realidad.

—¿Qué pasó ahí cuando esa pelea se puso 5-5?

Estaba un poco difícil ahí. Pero, nada, eso está superado. Pensé que ya para mí el tiempo había pasado y ya en ese instante habían pasado los segundos que quedaban, hasta que él vino y me sorprendió.

—¿Cuál fue tu reacción en ese instante?

Fue difícil, pero pensamos que había que levantarnos e iniciar de nuevo.

—¿Qué te dijo el entrenador Miguel Camacho en ese instante?

Me dijo que no ha pasado nada, que salgamos a fabricar ese punto de oro a como dé lugar y a evitar que él sea el que marque.

—¿Qué tipo de premio esperas de las autoridades dominicanas?

Todo lo que traiga positivo. Pero esperamos recibirlo, con Dios mediante, con la mano abierta. Todo lo que venga bienvenido sea. No esperamos nada en específico, pero lo que llega, llegó y lo recibiremos como recibimos esta medalla.

—Tu mamá estuvo nerviosa, no vio la pelea, ¿qué dices de eso?

(Se ríe) La entiendo. Siempre le pasa eso. Le es difícil controlar eso, porque no soporta eso. Pero eso me hace feliz el saber que ella está ahí pendiente y apoyando y orando, aunque a la hora de la pelea no sea capaz de verla.

—¿Millones de dominicanos viendo esa pelea, qué dices de eso?

Es algo que me deja sin palabra para poder describir la emoción tan grande.

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