viernes, 27 de enero de 2017

Aguilas Cibaeñas expresan Pesar por fallecimiento de Papi Pimentel

PAPPY PIMENTEL JUNTO A NATKIN GONZALEZ ESTADIO
DE SOFTBOL CESAR DEL MONTE Y CONSUEGRA, 2014,
FOTO DE LO QUE PASO HOY


SANTIAGO. - Las Aguilas Cibaeñas se unieron al dolor de los familiares y de la crónica deportiva de Santiago, por el triste fallecimiento de Don Papi Pimentel, quien durante muchos años fue narrador del equipo.

Winston Llenas, presidente del consejo Directivo aguilucho destacó las virtudes de Pimentel a quien consideró una de las mejores voces de la narrativa del béisbol y un gran deportista.

“Nos unimos al dolor por esta pérdida severa del deporte de Santiago, sentimos que con Papi se nos va un gran amigo, un gran profesional de la comunicación y un ejemplo para la presente y futuras generaciones” dijo Llenas.

El cadáver de Papi Pimentel será expuesto desde hoy a las 9:00 de la mañana en la funeraria Blandino, y recibirá cristiana sepultura a las cinco de la tarde en el cementerio de la calle 30 de marzo.

Descanse en Paz.

FUE UNA GRAN FIGURA DEL DEPORTE.

Además de narrar béisbol Pimentel fue uno de los pioneros en programas deportivos radiales de deportes en esta ciudad, siendo “las Deportivas de la Aurora”, el que llenara mejor las expectativas, con análisis de grandes ligas, y un recorrido del deporte local y nacional.

Fue además locutor de la Radio Televisión Dominicana y durante más de tres décadas fue un excelente narrador de la pelota criolla trabajando para las Aguilas Cibaeñas y otros equipos.

Papi se ganó el mote de “La Voz que el Cibao quiere”, por su calidad narrativa, que además de excelente descripción y conocimiento del béisbol salpicaba con frases, que se hicieron famosas.

El jonrón fue bautizado por Papi como “un majaguazos”, por aquello de que los bates criollos se hacían de un palo llamado majagua.

Un ponche era una invitación para que Flora anotara un café. Se refería a una legendaria vendedora de café en el estadio Cibao llamada Flora, por lo que el ponche pasó a ser en su narrativa, un café” y así lo definen muchas gentes en el Cibao.

La frase más enigmática de Pimentel era “qué pena debe de dar…” con ella se refería a una mujer hermosa que se paseara por los pasillos del estadio, frase que nunca terminaba y la dejaba a la imaginación.

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