sábado, 8 de abril de 2017

Los salarios en Japón y Corea del Sur seducen a peloteros criollos

SANTO DOMINGO. La recta de cuatro costuras de Arquímedes Caminero fue la sexta más rápida de todas las Grandes Ligas en 2016 (98 millas por hora en 465 ocasiones) y en sentido general el noveno lanzamiento más veloz, de acuerdo con la herramienta de medición Statcast, lanzando entre los Piratas y Marineros. Caminero, de 29 años y en la MLB desde 2013, ganó US$532,500, y no sería hasta después de la campaña del 2018 que sería elegible para discutir su salario en arbitraje y en 2021 como agente libre. Pero en la temporada muerta, desde Japón llegó una oferta que le garantizaba devengar siete dígitos tan pronto como en 2017 y el derecho la aceptó. Los Gigantes de Yomiuri le pagarán US$1,150,000 y el derecho se une a más de un centenar de dominicanos que han encontrado en Asia el dinero que en Norteamérica no pudieron. Jimmy Paredes, que en 2015 parecía establecerse en la MLB, también encontró espacio en la tierra del Sol Naciente a razón de US$1.2 millones con los Marinos de Lotte. El mayor salario de Paredes fueron US$520,000 el curso pasado con los Orioles. Como un jugador sin espacio en el club, si quedaba entre los 25 hombres podía ganar poco más del mínimo, es decir, US$535,000.  Los relevistas Marcos Mateo y Rafael Dolis ganarán US$971 mil y US$440 mil, respectivamente con los Tigres de Hanshin, mientras que Carlos Peguero recibirá US$758 mil con las Águilas de Rakuten. Jordan Norberto lubricó un contrato de US$257 mil. Audy Ciriaco logró un pacto de liga menor con Yokohama Bay Stars, pero quedó en el equipo grande. El otro gran mercado Pero ya no sólo en Japón se firman los grandes cheques. Esta temporada en Corea del Sur habrá un gran menudo para el puñado de quisqueyanos que no está por hacer filas en las ligas menores, ni por optar por pelear un puesto para ganar el mínimo en el Big Show. Alexi Ogando será el criollo mejor pagado de los que verán acción del otro lado del planeta. El relevista derecho petromacorisano devengará US$1.8 millones para el equipo Águilas de Hanwha, además de incentivos por desempeño. Ogando, quien pudo relanzar su carrera en el Big Show en el 2010 tras ser suspendido por cinco años en 2005 en medio de un escándalo de tráfico de personas, no tenía grandes opciones para regresar este año a Las Mayores y echó manos a la jugosa oferta. En Hanwha también estarán dos ex bigleaguers que aprovecharon ofertas que en los Estados Unidos parecían difíciles. Wilín Rosario repite en la tierra Psy y Samsung luego de una temporada en la que le pegó fuego a la liga (.321/33 HR y 120 CE) y lo hará por US$1,5 millones. Las deficiencias defensivas de Rosario le hicieron perder la receptoría en Colorado en 2015 y su carrera que prometía ser larga en la MLB tras batear 28 cuadrangulares en 2012 estaba estancada. El derecho Carlos Villanueva completa el trío de las Águilas. Muy activo en las negociaciones del pasado invierno como miembro del sindicato de peloteros para evitar que se instaure un sorteo internacional, el santiaguero devengará US$1.5 millones tras una carrera de 11 campañas entre Milwaukee, Toronto, Cachorros, Cardenales y Padres. Héctor Noesí tendrá el segundo pacto más alto en la península con US$1.7 millones con los Tigres de Kia. El de Valverde compiló marca de 15-5 y efectividad de 3.40 en 206.2 entradas en su estreno coreano cuando también cobró US$1.7 millones. Luis Jiménez jugará su tercera campaña con los Mellizos de LG y lo hará por US$1 millón. El toletero nativo de Santiago disparó 26 cuadrangulares en 2016 con 102 vueltas remolcadas y promedio de bate de .308. El derecho Henry Sosa está en su cuarta campaña en Surcorea y lo hace a razón de US$900 mil tras su mejor campaña en 2016 cuando trabajó 199 entradas con marca de 10-9 y efectividad de 5.16. Tony Blanco, el gran ausente Tony Blanco no figura este año en Japón. El petromacorisano comenzó su aventura nipona en 2009 a los 29 años con un salario de US$300 mil, pero se estrenó con 39 carreras remolcadas y 110 carreras producidas y su carrera dio un salto. Al año siguiente aumentó a US$1.8 millones y topó su techo en US$3 millones con los Baystars en la temporada 2014, la mayor cifra para un criollo en ese circuito.

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