sábado, 10 de junio de 2017

BUENOS Y MALOS EJEMPLOS


Mario Emilio Guerrero megkrantz@hotmail.com 
El deporte nos enseña cómo enfrentar diferentes situaciones y a aprender la diferencia entre comportamientos deseables y no deseables, entendiendo que estas lecciones no se olvidan durante el resto de la vida. Este aspecto moral y educativo del deporte contribuye al desarrollo positivo del ser humano y, a su vez, al de toda la sociedad. Las claves de este proceso de aprendizaje que nos proporciona el deporte, son los valores del Espíritu de Competencia Leal y Juego Limpio. Ambos significan mucho más que el mero respeto de las reglas del juego. Suponen una manera de actuar y pensar que incluye la amistad, el respeto de los adversarios, del público y de los árbitros, el control de sí mismo, la dignidad y la integridad y el competir siempre con la actitud y el estado de ánimo adecuados. Fenómeno mundial El deporte es un fenómeno de alcance mundial, que trasciende factores políticos, sociales, económicos, étnicos e históricos y se ha convertido en un importante elemento de la cultura contemporánea. Entre las numerosas razones que explican el interés y el apego de la población por el deporte, cabe destacar una amplia gama de beneficios entre los que podemos destacar: el esparcimiento y la recreación, la posibilidad de conocerse así mismo, exteriorizarse y auto-realizarse, un espectáculo excitante para el público, oportunidades para la participación y la interacción social, una actividad beneficiosa para la forma física y la salud, posibilidades de obtener lucro y beneficios financieros. Valores El Espíritu de Competencia Leal y el Juego Limpio no se aplican sólo a los atletas que participan en una competición deportiva, sino también a todas las personas involucradas, árbitros, entrenadores e incluso a los dirigentes federativos. De no mantenerse estos y otros valores asociados con un deporte dado, el interés en dicho deporte eventualmente disminuirá y se perderán los beneficios que se deriven de él. Erradicar mal ejemplo Uno de los factores más poderosos que operan en contra de los preceptos del deporte, es el mal ejemplo que en ocasiones entrenadores y dirigentes federativos dan a los atletas. Si los atletas están convencidos de que la mayoría de sus colegas hacen trampas, ayudados por sus técnicos y apoderados, y los dirigentes federados no actúan en consecuencia ante este tipo de acciones y son permisivos frente al mal proceder de subalternos y allegados, no es de extrañar entonces que pongan en práctica valores que van en sentido contrario a los que plantean el Espíritu de Competencia Leal y Juego Limpio. Y no sólo eso, es muy probable que renuncien a esos valores que deben guiarles el resto de sus vidas, porque crean que “todo el mundo hace trampa” o que “hay que hacer trampa para poder triunfar”, o que “la gente buena no gana nunca” o que “puedes cometer actos inmorales y salirte con la tuya”. Lo contrario En el sentido contrario, si los dirigentes y quienes les acompañan en la importante tarea de encauzar un deporte son los principales exponentes de los valores del Espíritu de Competencia Leal y Juego Limpio y exhiben un comportamiento ciudadano intachable, entonces niños, jóvenes y todo aquel que se involucre en las actividades de la federación, tomará el camino correcto, el trazado por sus mentores. En ese caso, el buen ejemplo marcará la diferencia y como resultado, además de buenos atletas, el país se beneficiará con la formación de mejores ciudadanos bajo los estándares morales del deporte. Supervisión Dentro del esquema de una federación, el entrenador es quien mayor contacto tiene con los atletas, por lo que su responsabilidad es enorme y más aún cuando se trata de deportistas menores de edad. El entrenador debe tener una preparación especial, no sólo en el aspecto técnico, sino también en la forma de tratar a niños y adolescentes, que pueden ser influidos positiva o negativamente por las acciones de quien ellos ven como un modelo a seguir en muchos aspectos. De ahí que la federación tiene que tener un cuidado extremo a la hora de contratar a sus entrenadores y supervisar su comportamiento dentro y fuera de la cancha. Esto mismo debe aplicarse al personal cuya labor le obliga a relacionarse con chicos y chicas cuyas edades están por debajo de los 18 años. Responsabilidad El deporte es sinónimo de salud física, mental y social, de responsabilidad, superación, coraje y competencia en buena lid, que son las virtudes que adornan a un ser humano honorable y respetuoso de las leyes. Pero todos esos valores se pierden irremediablemente, si quienes están al frente de las instituciones deportivas no asumen con responsabilidad la obligación de velar por la integridad de sus mayores activos que son los atletas.

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